Ficha técnica
Dificultad: F+, aproximación larga. Pequeña trepada o escalada de Iº en la cumbre.
Material: crampones, cuerda y piolet.
Desniveles: subida, 897 m; bajada, 897 m.
Tiempo: ida, de 3 h a 3 h 30 min; ida y vuelta, de 5 h a 5 h 30 min.
Junto con el Breithorn y el Allalinhorn, el Bishorn es una cumbre ideal para iniciarse en las grandes ascensiones por alta montaña. Con una subida al refugio mucho mas “digna” que el teleférico del Klein Matterhorn (para subir al Breithorn), la ascensión del Bishorn nos ayudará a descubrir un paisaje salvaje, majestuosos, totalmente libre de remontes mecánicos y de masificaciones.
Ver la aproximación a Cabana Tracuit
Geográficamente, su cima es la más septentrional del Mattertal Oeste y forma parte de la arista Norte de su hermano mayor, el imponente Weisshorn, que presenta tres vías de ascensión verdaderamente exigentes. Aunque en realidad está unido al Weisshorn, debido a su altitud y a la pequeña separación existente entre la afilada arista del Weisshorn y la cumbre principal del Bishorn, podemos considerarlo oficialmente (aparece en todos los libros sobre cuatromiles de los Alpes) como un cuatromil con todas las de la ley.
A las 4 de la mañana nos ponemos en pie en busca de un fuerte desayuno, tenemos yogur, té, müesli y un par de tostadas con mermelada. Ningún lujo, pero suficiente. Por si acaso teníamos reservadas unas magdalenas que habíamos traído de casa. Volvemos a subir y nos preparamos con todo detalle, fuera hace frío y tenemos que salir listos para encordarnos.
Saldremos del refugio (3.256 m) muy temprano para empezar a ganar altitud hacia el E siguiendo un sendero bien señalizado con marcas blanquiazules.
Seguimos los frontales y pronto alcanzamos el inicio del glaciar, donde paramos a ponernos los crampones y sacamos el piolet y el casco.
Una vez que llegamos a la entrada del Turtmanngletscher, nos calzaremos los crampones y nos encordaremos, iniciando una subida que no presenta un desnivel muy acentuado. Vamos ascendiendo por la parte más al E del glaciar, dejando a un lado los seracs y las grietas que se observan al NE. La vía normal de ascensión sigue avanzando hacia el NO, ganando altitud progresivamente.
El paso del Glaciar Turtmann de madrugada es relativamente sencillo, siempre prestando atención a no salirse de la huella o pisar débiles puentes de nieve, y en poco más de 45 minutos alcanzamos el inicio de la pala.
Poco a poco el desnivel va en aumento, llegando hasta la brecha (collado) situada entre las dos cumbres del Bishorn. Impresionante paisaje glacial.
La facilidad de la ruta la ponemos entre comillas, ya que tendremos que sortear buena cantidad de grietas en el glaciar, así como una pala nevada, con una muy pronunciada pendiente en algunos tramos. Desnivel de unos 900 metros positivos, en un ambiente de alta montaña, sobre el glaciar la mayor parte de la ruta, donde encontamos frio, ventiscas y cambios de tiempo repentinos.
No hay que menospreciar ninguna cima, la más fácil, puede entrañar peligros
En la parte final, el Bishorn , que se encuentra a la izquierda conforme subimos, quedan unos 20 a 25 metros de una rampa más pronunciada, expuestos al abismo que conduce al glaciar del Weisshorn.
Una impresionante ladera cóncava se extiende delante nuestra, protegida
por seracs a ambos lados, especialmente al O. Desde aquí se observan la
cima principal y la Punta Burnaby, que ascenderemos antes del Bishorn por confisión, pensando que era esa la cima principal.
La nieve está helada, dura, pero los crampones clavan bien y progresamos sin dificultad, no hay grandes caídas, la pendiente es moderada y muy amplia, salpicada por alguna grieta en su parte inferior principalmente.
En la cima de la punta Burnaby. El Bishorn tiene un pico gemelo, la Punta Burnaby (4.135m), que se alza rocosa al NO de él y que fue ascendida por vez primera por la formidable alpinista irlandesa Audrey Le Blond, cuando era señora de Fred Burnaby, el 6 de agosto de 1884. Iba acompañada de los guías suizos Josef Imboden y Peter Sarbach. En esa ocasión no pudieron alcanzar la cima principal del Bishorn por el mal tiempo, aunque a ellos se debe la mayor parte de la exploración, que sería aprovechada dos semanas más tarde, el 18 de agosto de 1884, por G.S. Barnes, el reverendo R. Chessyre-Walker, el propio Josef Imboden y J.M. Chanton para hollar por primera vez la cima del Bishorn.
La huella que asciende a este pico secundario, cuya arista cimera es mixta, pero fácil. Hemos hecho dos cuatromiles de una vez. Ahora tenemos una buena perspectiva de Bishorn y toda la pala, así como la arista del Weisshorn y su Gran Gendarme.
La visión panorámica es espléndida, destacando la afilada arista Norte del Weisshorn, con sus gendarmes y su pared helada.
En la cima de la punta Burnaby. |
En la cima de la punta Burnaby. |
Bajando de la punta Burnaby. Una vez hemos ascendido la primera cima, dejaremos la punta Burnaby (4.135 m), a nuestra izquierda y seguiremos hacia la derecha subiendo por la arista de nieve (40º) con precaución, pues suele presentar varias cornisas de nieve dura (hielo en agosto) hasta la cumbre principal (4.153 m).
Alcanzamos el collado que separa la Punta Burnaby del Bishorn y subimos la arista que conduce a cima, respetando el turno de los que bajan. Hay una profunda huella que da seguridad, aunque la pendiente sea considerable (40º). Estamos en la cima de nuestro primer 4.000, estamos felices, radiantes, todo ha ido bien, el cielo está azul, ni una nube. Se ve increíblemente bien la arista del Weisshorn, el macizo del Monte Rosa, el Oberland de Berna, la Dent Blanche y hasta el Grand Combin... Impresionante.
Justo enfrente, hacia el E, los Mischabel y el Alphubel nos observaran cercanos, por encima del Mattertal. Si subimos muy de madrugada y tenemos tiempo, podemos ascender la punta Burnaby sin problemas hasta su parte final, que presenta un pequeño tramo de escalada en mixto. En la siguiente imagen, observamos desde la cumbre del Bishorn la cima este, la Pointe Burnaby. Abajo, a la izquierda, divisamos Grachen, una población ideal para descubrir el Mattertal en familia.
Desde la cima del Bishorn, vemos muy cerca el impresionante y majestuoso Weisshorn con su grande Gendarme enmedio de la difícil arista que conduce a la cima.
Llegamos al collado cimero, no sin pelear, solamente nos quedaba la última pala, los montañeros allí agrupados esperábamos nuestro turno para subir, eran pocos metros pero se hacían delicados por lo dura que estaba la nieve, aquello parecía un tobogán..
VISTAS DESDE LA CIMA. Alrededor vemos cuatromiles como el Dom, Taschhorn, Alphubel, el macizo del Monte Rosa, entre otras importantes cimas de los Alpes suizos.
Sacamos muchas fotos y emprendemos una cuidadosa bajada, primero por la pala y después en la zona de grietas.
Descendimos hasta el refugio, llegamos a las 12:30 horas, habíamos invertido 5:30 horas en subir y bajar. Realizamos la última mirada al Bishorn y a su glaciar ahora bastante peligroso. El efecto del sol se deja notar, puesto que los puente de nieve están blandos e inseguros y las grietas más visibles que nunca, por ello dejamos la huella inicial en ciertos puntos y rodeamos los puntos más complicados. Una vez sorteadas las dificultades llegamos a la zona rocosa, donde nos quitamos todos los hierros y la cuerda, algo de ropa y enfilamos hacia el refugio.
En el refugio recogemos nuestros bastones y nuestro calzado de trekking, comemos
algo y nos despedimos hasta otra ocasión. Hasta que intentemos el
Weisshorn por su arista NE (algo que no es para mañana, sino para dentro
de unos años probablemente).
En poco menos de 2 horas llegamos a Zinal, después de un fuerte descenso
que castiga nuestras rodillas. Hace calor, pero el día está precioso y
nosotros nos felicitamos por estos dos increíbles días.
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