sábado, 4 de junio de 2016

La Dolorosa 2016

La Dolorosa 2016

Este año algunos intrépidos del Club Ciclista Guadarrama hemos elegido como prueba de ultramaratón MTB  "La Dolorosa". Nos inscribimos 10 socios para hacer la prueba, pero desgraciadamente dos de ellos no pudieron acudir. Todos consiguimos terminar la dura prueba, de 183 km con 4500 m de desnivel positivo en una jornada de mtb inolvidable.

 


Por fin llegó el gran día! el día de afrontar uno de los grandes retos, por lo menos para mi, de este año: La Dolorosa 2016, 183km con 4.500m de desnivel.
Nunca había hecho tantos km en mtb así que estaba totalmente acojonada.
 
 
Hemos dormido poco por los nervios, son las 5:30 de la mañana y ya estamos despiertos. Finalmente y contra todo pronóstico, hace un día estupendo, un poco nublado y buena temperatura. 

 

 Bajamos a desayunar, e ir preparándonos para la gran cita. Después de un vaso de leche, unas tostadas y un poco de chocolate montamos las bicis en los coches y salimos hacía Lobera de Onsella, donde empezaremos la Dolorosa 2016.


Una vez que llegamos a Lobera de Onsella empezamos a ver el "peazo" de ambiente, y comenzamos el típico debate de si manguitos, chubasquero, camiseta térmica ..., creo que lo mejor es ligera de ropa y con chubasquero fino por si aparecen las tormentas que anunciaban.



Nos encaminamos al arco de salida, a ver si nos podemos hacer una foto todos juntos. Cuando hacemos la foto, y tras esperar a Rafa que llegue de no sé dónde, nos damos cuenta que estamos colocados en la salida y el resto de bikers se han colocado detrás de nosotros esperando que den la salida, vamos a salir los primeros.

Se guarda un minuto de silencio en memoria de David Cañadas, vecino de la comarca, y tristemente fallecido en la Marcha Puertos de Ribargoza. Tras el minuto y el aplauso, se da la salida con una traca de aúpa y tratamos de eliminar los nervios acumulados.



Son las 7:30h en punto y comenzaba lo que se iba a convertir en una dura aventura y ¡se me había olvidado el foco en la habitación!


No me lo puedo creer, después de un duro invierno y primavera de preparación y mentalización, por fin llegó el momento estrella pero aún con el temor de si iba a ser demasiado duro para mi este reto.



La ruta empieza saliendo del pueblo de Lobera por carretera unos tres kilómetros hacia abajo donde la gente, muy nerviosa, va cogiendo sitio para evitar tapones en el primer puerto que empieza con un rampón de los exigentes, estilo la Cocina del Soplao.


Se forma el tapón y los que no vamos muy delante ya tenemos que subirla a pie, pero no pasa nada, son unos 150 metros.


Estamos en Sierra Sarda, el primer puerto, que tiene unas rampas para ir muy potente. Son menos de 5 km pero con varias pendientes superiores al 20%. Algunos comienzan a desmontar, ¡si acabamos de empezar!


Pero, este primer puerto es horrible por sus porcentajes y el mogollón de gente que pillas desmontando en el camino, finalmete me coloqué detrás de una chica (sin saberlo luego sería mi compañera de fatigas) que lo subía a buen ritmo y me iba abriendo camino entre el resto de bikers.
En la bajada, buena y por pista rápida perdí de vista a la chica, llevaba una doble y bajaba bastante bien. Salimos a la carretera y nos avisan de que hay unos 18km de asfalto, ¡pues a correr!  bajamos muy deprisa y comenzamos a subir Puy Darto, es un puerto que a mi me pareció muy suave además de bonito, comparado con lo anterior. Subiendo alcanzo a la chica y estoy un rato con ella, pero va muy tranquila y sigo hacia arriba yo sola.

No paro en el avituallamiento, pararé en el siguiente. Abandonamos la carretera para siempre, ya no la veremos hasta las calles de Petilla de Aragón y Lobera, en meta

Comienza el baile, el puerto de San Gorrín, son algo más de 8 km por una pista que, según subes, se va haciendo peor, y arriba está toda llena de surcos y huellas de vacas, muy irregular, lo que hace la subida algo lenta, pero hay que echarle paciencia. Este puerto lo subo sola, al comienzo me parece suave y empeora al final por el terreno muy irregular con surcos y roderas profundas que comentaba. Pero las piernas funcionan bien… por ahora.


El final de San Gorrín ya tiene el firme complicado. Tras coronar, bajada con cuidado hasta el avituallamiento. Longás, en este avituallamiento si que paro pues llevamos 50 km y tengo que llenar el bote, me como una barrita y un gel. Allí me encuentro con Iván, un chico que se alojaba también en Sos y que sería otro de mis compañeros de viaje.


 Arranca ahora un puerto duro de los que hace mella, el Portillo de Santo Domingo. Pista pestosa, rampas fuertes en dos tercios del mismo (por encima del 13%) y 7,5 km de longitud. La gente empieza a sufrir y van apareciendo los primeros “cadáveres” y gente con problemas. 



Iván y yo. decidimos subir juntos a la Portilla de Santo Domingo y cuando nos disponemos a salir, aparece en el avituallamiento la chica, jajaja ya ni me acordaba de ella. Antes de irme le doy ánimos para que siga y para la subida.



A mitad de puerto hay un descanso, pero el resto tiene rampas todo el rato de entre un 12% y un 15%, que junto al camino roto, lo hace complicado. Nosotros seguimos a nuestro ritmo, yo no voy mal. y tengo muy buenas sensaciones.

Seguimos subiendo a un ritmo tranquilo, muy a gusto, hablando y sin fatigarnos más que lo justo en alguna rampita. El puerto y el entorno me parecieron espectaculares y así se lo comento a Iván.


 
Bajada bastante pesada, hacia el avituallamiento de Pígalo con mucha piedra y zonas de barro en las que había que entrar con cuidado por que sino patinabas.
Esta es una de las cosas que hace que sea mucho más duro que El Soplao. En estas bajadas no puedes bajar relajado, siempre hay dificultad y no puedes descansar.Dolor de brazos y muñecas en la bajada por la tensión, el bacheo constante, pero hay que seguir. Iván ha bajado más rápido que yo pero en una curva me espera. Llegamos al avituallamiento en Pígalo....


En Pígalo paramos en avituallamiento y de nuevo aparece la chica. Me hace gracia, parece que jugamos al ratón y al gato, así que hablo con ella, Corina es su nombre y además de Logroño, como yo, y entre risas de anda como subes! pues mira que tu como bajas! nos juntamos los 3 y ya haríamos el resto de kilómetros dolorosos juntos .


Comienza ahora Huértalo, otra tachuela para seguir minando tu físico. Pestoso por el terreno, aunque con pendiente moderada, 6,5 km.
Las horas, los kilómetros, las subidas y los avituallamientos  pasaban volando, era muy agradable. El sufrimiento compartido parece que era menos.

 
Subimos Huértalo, Puy Mone y el Serrucho del Alba, y casi sin darnos cuenta, habíamos hecho 150km, llevábamos muy buen ritmo y teníamos cada vez más claro el objetivo inicial que era acabarla. Además incluso empezamos a pensar que ¡la acabaríamos de día!

 
 
Puy Moné son casi 16 km de subida constante, de ritmo, pero increíblemente larga. Arrancamos muy bien, vamos con un ritmillo muy bueno, adelantando gente. Pero parece que no coronamos nunca el puerto, tras una curva otra rampa, y así sucesivamente. Interminable.
 
 
 
En la bajada (por fin con un tramo de pista amable), nuevo avituallamiento, así que a comer y a beber. Y a seguir
 
 
No recuerdo en que momento de la ruta fue, creo que en el avituallamiento del Alto de Sierra Selva, que vimos pasar a dos chicas que casi ni pararon. Nos quedamos moscas, le digo a Corina que quizás son de la ultramaratón y están disputando los primeros puestos y sin pensarlo, salgo pitando detrás de ellas y Corina me sigue.
 
 

Era una zona llana que picaba para abajo, así que metí plataco, baje piñones, y a la caza. La cosa estaba muy entretenida, la verdad.
 
 
Las logramos alcanzar después de un rato, pero ahora había que seguir tirando y empleándose a fondo para hacer un buen hueco. El que nos haría volver a pedalear algo más tranquilas en la zona que venía que era bastante dura. Así que tiro para el Contadero que lo hacemos enterito montadas (que pedazo rampones había que te dejaban seco) y a buen ritmo, sin darnos cuenta del desgaste que esto supondría para los 25km que nos quedaban que se hicieron eternos.El puerto de Contadero, una auténtica salvajada de 5km con varias rampas de flipar.
 
 
A partir de aquí el terreno se hace espantoso, el cansancio cuenta, y la media va a bajar considerablemente, no es posible mantener el mismo ritmo, todos hemos coincidido en esto. Nos meten un serrucho, el Serrucho del Arba que no es otra cosa que un subir y bajar constante con unas rampas agónicas y un terreno para acordarse del organizador, jajajajaja, así durante 5 km.
 
 
A Iván le perdimos en el Serrucho del Alba, al final, paró un momento en un punto que parecía que bajaba y acababa, dijo que luego nos pillaba, pero no.... creo q no le volvimos a ver hasta Lobera.  Luego nos dijo q se había parado a comer jamón en Petilla,  dónde por lo visto había un avituallamiento espectacular que nosotras ni catamos :-(

 
 
 
Nosotras seguíamos, a nuestro ritmito, a veces adelantando a gente de la maratón que nos animaban mucho. Pero el arreón de atrás y las rampas que subimos nos iban pasando factura. No había un avituallamiento hasta Petilla de Aragón y yo me iba quedando sin agua. Antes de Petilla, paro en un cruce donde hay voluntarios con agua ¡gracias a dios! le digo a Corina que tire pabajo que ya la alcanzaré, ella lleva el Camel lleno y no necesita, y yo paro a llenar el bote. La alcanzo de nuevo subiendo a Petilla por asfalto

Las ganas de acabar pueden con todo, y más cuando sabes que sólo queda un avituallamiento en Petilla, en medio de un puertaco, el de Yesera, que tiene por ahí un par de rampas del 25% y el 23%, que a estas alturas son dinamita. Pero el gel me ha dado fuerzas que no tenía antes, llegamos a Petilla al avituallamiento. Qué ambientazo. Un cartel pone que quedan 16 km, esto está hecho. Nosotras seguimos sin parar en el pueblo, cuando pasamos todo el mundo nos aplaude y da muchos ánimos ¡como se agradecía esto!!
 

 
Aquí creo que fue donde la cagué. Un chico que nos encontramos dijo que después de Petilla era todo como para abajo y las subidas muy fáciles, así que como yo ya había llenado el bote, le dije a Corina de no parar en Petilla y tiramos.
 
Pero ni de coña era para abajo, hay que terminar el puerto de Yesera, un poco de bajada y de golpe vuelven a aparecer unas nuevas e interminables rampas, casi 3,5 km del puerto de Canales. A estas alturas cualquier rampa te parece de un 60%, pero las ganas de terminar te llevan, y más cuando ves Lobera allí abajo, al pie de la montaña en la que estás. Tras coronar, bajada con cabeza, hay surcos en la pista y no la puedes cagar ahora cayéndote.
 


 ¡Cagada de las buenas! Llevaba sin comer un buen rato por no parar a pillar una barrita o un gel que tenia guardados en la bolsita del sillín y a 25km de la meta, la cosita se complicó. Corina me dio un higo que tenía a mano, me dio mucha vidilla y continuamos a buen ritmo, pero la subida a Yesera y Canales que aparentemente eran fáciles a nosotras se nos hizo como el Galibier y el Tourmalet, horribles!.
 
 
 
 

Finalmente llegamos a la esperada super bajada a Lobera, por Dios que agonía, y mientras bajamos veo ya la subidita final que nos espera a Lobera. Estábamos desesperadas jajaja pero afrontamos esa subidita que no era nada, casi con lágrimas en los ojos, diciendo que qué suerte habíamos tenido de ir juntas y esas cosas que se dicen en esos momentos.
 
Cuando creemos que ya entramos en meta, nos mandan por unos pastizales de hierba alta y blanda, donde habíamos dejado los coches y por ahí íbamos perdidas como pollo sin cabeza jajaja, no veíamos ni las balizas, solo coches, la gente nos indica y aplaude y por fin llegamos a una calle donde al final se ve el arco de entrada. ¡¡la virgeeeeen que gymkana!
 
Entramos juntas de la mano!! tiramos las bicis y nos abrazamos. Que llorera nos entró, no se si de felicidad o de dolor o todo junto. ¡que buen trabajo en equipo!



 ¡Lo habíamos conseguido, eran las 20;30 de la tarde, habíamos terminado en unas 13h, era de día y encima éramos las dos primeras chicas.!



 
 

Allí en meta estaba también Rubén esperándome como siempre, y también como siempre, había hecho un tiempazo 10h 17min, y fui corriendo a abrazarle, estaba muy emocionada, recordando quizás lo duro que habían sido los últimos km y lo feliz que estaba por que hubiese acabado el sufrimiento.

 
 
El resto de los compañeros del club también me felicitaron, todos habían hecho unos tiempos estupendos. Sin duda alguna, fue una experiencia inolvidable.



Sin duda La Dolorosa hace honor a su nombre. La marcha es dura de verdad, con duros puertos y terreno complicado de rodar, pero compensa con la buena compañía que vas encontrando, lugares pintorescos, el animo de la gente volcada al paso por los pueblos, la atención en los avituallamientos y la fiesta final en Lobera con todos los colegas del CCG 


 

 

 


 
P.D. luego me dijeron que lo que nosotros creíamos eran dos chicas, en realidad era una pareja de chico y chica... anda que,  manda narices!  jajajajajaja 


 

"La dolorosa" hace honor a su nombre. 







 

 


 


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