Ascensión a la Peña de La Cabra 1.834 m
A pesar de su humilde cota: 1.834 metros, su figura destacada tanto, que los días claros se ve desde la ciudad de Madrid.Lejos de todo ello, este agreste monte que se adelanta al extremo más meridional de la Sierra Norte, conforma uno de los límites de la alcarreña Reserva Nacional de Caza de Sonsaz. Situada en el lado Este del puerto de Somosierra, por semejante ubicación ha quedado fuera del futuro Parque Nacional de la Sierra de Guadarrama.
El nombre de este monte, Peña de La Cabra, habla a las claras de quienes han sido sus pobladores más conspicuos durante siglos: sufridos, infatigables y voraces rebaños caprinos. No en vano entre los afilados cantiles que como costillas cuartean sus laderas, prosperan apartados jardines donde florece una variada y, para ellas por supuesto, más que apetecible flora.
Mientras que su vertiente sur acumula uno de los más descomunales desniveles de la zona centro: mil metros a pico separan la cimera de la peña con el embalse del Atazar, su vertiente norte conforma una entretenida sucesión de lomas y collados que se recorren sin apenas sentirla.
Iniciamos la ruta en el mismo puerto de La Puebla; 1637m tomando la divisoria de aguas por una caminillo que en dirección sur gana altura de forma apenas apreciable. En unos minutos se alcanza un pequeño rellano que da vista a las dos vertientes; la de Prádena a nuestra derecha y la de la Puebla a la izquierda.
Se pasa cerca de unas antenas y poco después una caseta pintada de verde. Enseguida se deja atrás otra caseta, ésta de madera, y un repetidor de telefonía móvil. Llegamos a un afloramiento rocoso que dejamos a nuestra izquierda, siguiendo el rastro de camino jalonado con algunos hitos, que en este punto parece flotar entre las piedras sueltas.
Superado este tramo, nos salimos ligeramente a nuestra izquierda alcanzando una zona de pradera, para poco después, subir por unos escalones rocosos que dan paso a una amplia escotadura herbosa en cuyo centro hay un hito de buen tamaño. Se pasa por una estrecha portilla donde, por primera vez, vemos la Peña de la Cabra. Superamos la poco significativa, aunque peñascosa, cumbre del Cerro de la Portezuela y descendemos por lo alto de la loma herbosa dejando a nuestra derecha una pequeña estación meteorológica y unos minutos después, una especie de refugio de madera con ventanas de cristal; la mayor parte de ellas destrozadas.
En suave descenso alcanzamos la pista que cruza el Collado de la Tiesa; 1639m (32 minutos desde el inicio de la marcha). A este punto también se puede llegar por la pista que acabamos de atravesar y que se puede tomar en una aguda curva de la carretera, 400 metros antes de llegar al Puerto de la Puebla, si se viene desde Prádena.
Al llegar al Collado de la Tiesa, cruzaremos la pista forestal y continuaremos avanzando a campo traviesa, siguiendo los hitos hasta alcanzar las próximidades del risco, antesala de Peña La Cabra, Aquí nos dirigiremos hacia la izquierda del risco, acercándonos al pinar, por donde comenzaremos la ascensión hacia la cima por la pedrera, la cual alcanzaremos en apenas unos minutos.
El camino continúa hacia el sur en dirección a un contrafuerte rocoso que bordeamos por la derecha, algunos hitos indican el itinerario más cómodo perdiendo ligeramente altura por una zona de agradable paseo. Una vez superado este cerro se llega a una especie de rampa de hierba por la que proseguimos y con bastante más inclinación, ganamos un pequeño collado que separa las dos cumbres.
Desde aquí vemos una amplia canal que separa dos espolones, por aquí sigue nuestro camino muy marcado con hitos por donde rápidamente tomamos altura en cortos zig-zags que serpentean cercanos al muro que tenemos a nuestra izquierda y que nos llevan sin mayores problemas hasta la misma cumbre de Peña de la Cabra; 1831m. (33 min. desde el collado de la Tiesa).
Alcanzada la cima de Peña La Cabra, desde el mismo vértice geodésico que la corona 1831m. de altitud (Si la climatología lo permite), Peña La Cabra nos ofrece sus laderas mas abruptas en dirección Sur y Suroeste.
Tras recobrar el aliento, podemos disfrutar de las espectaculares vistas que esta cima nos ofrece:
El inmenso paisaje del que podemos disfrutar desde esta atalaya es digno de hacerlo con toda la calma del mundo. Relativamente cerca vemos entre otras cimas el Porrejón, la Tornera y la Centenera. A lo lejos también distinguimos el Ocejón, el Pico del Lobo y el Tres Provincias. Si nos damos la vuelta podemos ver los impresionantes cortados que caen sobre el valle del Riato y cuando levantamos la cabeza hacia el oeste, podremos distinguir La Cabrera, Cabezas de Hierro y Peñalara.
Al Este el valle cerrado, con grandes extensiones recubiertas de robles, al fondo la localidad de Puebla de la Sierra. Por encima el abrupto cordal que sirve de divisoria entre Madrid y Guadalajara, en el que destacan el Pico de la Centenera (1809m) y La Tornera (1865m). al Noreste el Porrejón (1824m). Al Norte, al fondo, las cimas más occidentales de la Sierra de Ayllón, El Cerrón y Pico del Lobo.
Al Noroeste el cordal de los Montes Carpetanos, con Peñalara y Claveles. Al Oeste el Valle del Lozoya, con los embalses de Pinilla, de Riosequillo y Puentes Viejas. Al Suroeste La Sierra de La Cabrera, Mondalindo y Cuerda Larga. Al Sur el embalse del Atazar.
En definitiva, un verdadero disfrute visual.
Disfrutada la cima, continuamos la ruta, volviendo sobre nuestros pasos hasta el Collado de la Tiesa. Al llegar a la pista, tomaremos esta hacia nuestra izquierda.
En suave y cómodo descenso por la pista, avanzaremos hasta alcanzar una curva en la que se une otra pista. Allí nos saldremos de la pista hacia nuestra izquierda, hasta alcanzar el hito (1675m), donde de nuevo volveremos a disfrutar de unas espectaculares vistas de Peña Cuervo y el macizo occidental de Ayllón.
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